Para darme mas poder, me han pedido un código de conducta que podría interpretar como comprometer mis convicciones sobre la libertad de expresión. Me han dejado claro que ya no me considere un obrero mas y que cuide mi imagen, la imagen de la compañía y que ya no vuelva a postear que "hay moscas en la carpa de la comida de fin de año" (con foto y todo), como puse en Facebook.
A punto estuve de brincar y manotear y maldecir porque lo que ponga en Facebook es mi problema y solo mío. Pero me han detenido dos cosas:
La primera es que Facebook es un nido de porquería inmunda que se destaca por la falta de contenido de los que postean, así que no vale la pena defenderlo. Malo que se hubieran metido con mi fabulosísimo blog porque entonces hubiera empezado la guerra.
De cualquier forma no me gusta que me limiten lo que puedo o no decir, eso es muy mi problema. Pero el mensaje es muy claro: se van a abrir lugares para escalar muy pronto, quieres entrar cállate el hocico y empieza a latigar a los mas débiles de la cadena alimenticia.
Bueno, eso último no me molesta en lo mas mínimo, pero si que se acaben mis post (aunque sea en Facebook que no vale nada). Porque ser cínico y quejarme es parte de mi lucha contra el sistema. En cualquier caso prefiero ir a piscar tunas antes que cerrar mi blog del que sigue gozando de total impunidad.
Ah! y la segunda cosa es que otro infortunado abrió sin querer la boca y se lo cargó el payaso con todo y zapatos.
Al menos ya sé una manera de hacer una salida digna de pasar a la historia si me lo propongo.
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