Thursday, December 10, 2009

Farándula en el parabrisas

Hace unos meses la spice bonita me platicaba que le gustaba ir a las fiestas de su hermana porque regularmente iba gente de la Farándula. A lo que le contesté que que pinche vergüenza ir para ver un pseudo actor/actriz de telenovela y encima de todo admirar a gente tan sosa y patética que tiene que escribir con maslluzculas para ebitar póner asentos (habré escupido para arriba?).
Obviamente aquella damisela defendió su punto de vista con puras tonterías. Tiempo antes o después me encuentro mas o menos recurrentemente a Andrés Roemer: En un Starbucks de Polanco, caminando por Chapultepec y hoy justamente en el lobby del edificio de las oficinas. Me emociona? no!. Es una mezcla entre que debo mentarle la madre por usar palabras pseudo intelectuales una y otra vez hasta el cansancio, tales como: "Pragmático" o "Paradigma" en sus programas? o pedirle una foto para trucarla en Photshop y subirla a la interné?.
Pero siempre reacciono tarde, como las dos veces que me encontré a Chente Fox en el Aeropuerto de Monterrey y en el Aeropuerto de México. La primera vez hasta se estaba tomando fotos con unos fans. Yo quería la mía para postearla como trofeo, tal cual hice con la foto de Bimbo, el burro-zebra de Tijuana con la leyenda: "Mi foto con el peor político del sexenio pasado".
Solo que esa vez cuando me animé el wey se metía ya al salón Premier y en ese tiempo, simple mortal solo podía esperar con la perrada. A eso hay que sumarle los dos gorilas disfrazados de Policía Federal que lo escoltaban, yo paso.
Caso aparte merece Denisse Maerker con quién me crucé en Moliére y mas que sorpresa por el hecho de la casualidad fué que en contra de lo que se pudiera pensar luce exactamente igual que en la TV.
Sin embargo, una serie de eventos desafortunados siempre me llevan a toparme con los mas desagradables de todos: los futbolistas. Un equipo completo de fútbol brasileño en el vuelo a Río.
O cuando llegas después de un vuelo de 12 horas y te encuentras con que a esa hora llega la maldita selección mexicana y por añadidura la horda de enfermos seguidores y reporteros que obstruye el paso totalmente atrapándote cual si estuvieras en el metro Hidalgo en hora pico.
Aunque hay veces en que sucede lo contrario, justo cuando se acaba el tiempo de abordar se les ocurre dar una entrevista y firmar autógrafos justo en la entrada para revisión.
Fuera de eso me ha tocado César Costa cuando inaguraba su tienda de UNICEF en el Aeropuerto. Nel, no foto, yo paso.
Pero lo mejor de lo mejor es tomar un tour por Hollywood donde te muestran el expendio de Hot Dogs donde a veces come Ozzy Osbourne o el local quemado y en ruinas del que fué el restaurante de Johnny Depp y no solo eso, que haya gente que les tome fotos emocionada.
Nunca veré realizado mi sueño de asistir a una boda de ficheras estilo la célebre película "Huele a Gas" con sillas de metal de Pepsi, Sasha Montenegro, Carmen Salinas y la actuación especial de Chico Ché, esa si sería farándula y no otra cosa.
Pero Chico Ché está muerto (aunque vive en nuestros corazones) y el único evento remotamente parecido a eso de que tuve conocimiento, no me quisieron llevar.

1 comments:

Umbra said...

¿Te ha tocado Cesar Costa? No mames que miedo ¿pervertidamente?

Por cierto, la novia te odia, tenías prohibida la entrada a la fiesta donde los viene viene entregaban combis verdes ruta 100...