Wednesday, March 11, 2015

El Punto en la Zarpa del Gato

Estaba sentado a un lado de mi compañero al final de la tarde cuando abrió su sobre: Un punto.

Era la despedida de nuestro tiempo en la universidad, cada quién recibía un sobre que contenía una carta que se había escrito a sí mismo al inicio de todo aquél periplo cuatro y medio años atrás.

Un punto en el centro de una hoja blanca y me dijo que significaba mucho para el. No me lo explicó, ni pedí explicación alguna, pero respeto el hecho de que pusiese un punto final a aquel periodo de su vida.

En cuanto a mi, aquella cruzada había comenzado cinco años y medio atrás, me bajaron un año y aunque a pesar de eso estaba contemplado que recibiera mi carta, la misma no se encontraba entre las de aquél día.

Por trivial que parezca, aquél punto en la hoja blanca me motivó a buscarla por los meses siguientes, la estuve rastreando con una persona de buena voluntad que coordinaba todo aquél papeleo sentimental ( Por desgracia ya he olvidado su nombre, pero incluso hoy le sigo agradecido por la ayuda). Removimos sacos de cartas bajo el reloj y otros tantos en unas oficinas olvidadas recorriendo cada instancia, pero la dichosa carta no aparecía.

Aquél punto me hizo darme cuenta la necesidad que tenía de ponerle fin a ese periodo, aunque fuera de manera simbólica. Aquellos años, toda una montaña rusa de emociones y aventuras. Por intensos que hayan sido, por buenos y malos, debían terminarse para comenzar con un nuevo camino.

Fué por aquellos días llenos de incertidumbre que un amigo tenía un blog donde parecía que podía escribir cuantas cosas se le cruzaban por la cabeza (la mayoría sandeces, otro tanto eran mensajes políticos). Así que de pronto, sin proponérmelo y sin saber bien la razón, empecé a construir un blog propio.

Me tomó unos días aprender como funcionaba Blogger, como mover la plantilla, escribir y el resto me ayudó mi amigo (deberán saber que en aquellos días no era tan intuitiva la interfáz de Blogger), quién le dió el visto bueno a esto a pesar de que el título le pareció "muy gay".

Creo que nunca sabré si fue por una asociación inconsciente con la carta perdida en aquellas múltiples cápsulas de tiempo o si fué porque me di cuenta unos años tarde que los blogs existían y estaba rezagado, quizá fué porque simplemente me encantó la idea de poder escribir lo que quisiera. Tal vez fué un poco de cada cosa. Lo importante es que estaba escribiendo y me encantaba.

¿Que hay en la Zarpa del Gato?, no tengo idea. Como ya he dicho, no se muy bien porqué escogí ese título aunque vagamente puedo aludir al misterio, estrategia y elegancia que rodea a los felinos. Lo pude haber cambiado mil veces pero nunca lo hice, creo que Hemingway tenía razón cuando dijo que el título de la obra es la portada de la misma. No se si haya sido el mejor título pero creo que es una analogía de las decisiones que tomamos en la vida: Para bien o para mal, pero es nuestra.

Este (en aquél entonces) pequeño diario comenzado por puro ocio y sin propósito aparente, fué un pequeño bote salvavidas en esos tiempos aciagos. Primero un hobbie que temí desaparecería en cuanto encontrara trabajo por la falta de tiempo.

Por fortuna eso no fué así, por el contrario. El pequeño diario comenzó a crecer y a tener un público, por increíble que parezca.

Y ¿como finalizó el asunto de la carta extraviada?.

Tras varios meses de búsqueda, agotamos todas las instancias excepto una, un personaje prominente en esos grupos estudiantiles era la última esperanza y justo el día fijado no fuí por atender asuntos mas urgentes. Algo así como estar en la pelea por conseguir un trabajo y no morir de hambre. La verdad, es que ya no necesitaba la carta porque estaba empezando algo nuevo. Tenía un nuevo norte al cuál apuntar mi camino.

De algún modo estaba poniendo punto final sobre aquella etapa, lo que menos necesitaba era estar rondando la universidad y aunque me dolió no recuperar la carta, aprendí que cuando los astros terminan sus órbitas hay que ser lo suficientemente fuertes para dejar ir las cosas.

Cinco años y medio en aquél tiempo eran mucho para mí, sin embargo no por eso olvidé por completo el mensaje de la carta, donde quiera que se encuentre (ya sea que siga guardada en una oficina de la universidad o triturada y reciclada un millón de veces en cintillos de cartón de Starbucks) y la historia es mas o menos así:

Recuerdo que estaba escribiendo unas palabras insulsas de felicitación, un cliché. El cuál bien taché, bien ignoré. Solo para escribir lo que me pareció realmente importante después de escuchar a dos tipos también de nuevo ingreso, decir algo como que serían afortunados de terminar la carrera. Porque en ese momento no estaba seguro de que podría llegar a la mitad o siquiera pasar del primer semestre.

Así que lo que escribí a continuación, aún no lo he olvidado:

"Si estas leyendo esto es porque acabaste la carrera, misión cumplida".

Bueno, nunca lo leí pero si que acabé la universidad. Por cierto, ninguno de aquellos dos visionarios terminaron.

0 comments: