Friday, May 23, 2014

Bajo un cielo azul


No cabe duda que estos a lugares son surrealistas, desde sus pueblos hasta los enormes paisajes que hay más al sur de la península.

Paisajes impresionantes se suceden así mismos hasta el infinito.

A eso hay que añadirle la sensación de constante peligro, ya que la carretera es un reto constante a lo largo del camino.

Aunque esté casi sola, el escaso tráfico, las curvas cerradas con sus voladeros y de pronto las monótonas rectas hacen que de no ir con precaución te preparares para un horrible accidente.

Ayer quise ver las playas vírgenes en San Quintín y mi auto se atascó en un pequeño banco de arena en medio de la nada.

Después de medio kilómetro encontré a un recolector de algas que sin dudarlo y con toda la buena intención del mundo me ayudó a sacarlo de allí.

Me enseñó a despejar la arena del lado correcto y rellenar donde hace falta. Después de dos horas

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