Hermano Zorro

Como es usual, no hubiera regresado de buena gana. Hubiera seguido manejando hasta la punta de la península de haber podido. O al menos hasta Mulegé o Loreto.

Esto se convirtió al final en una auténtica aventura de playas desiertas, cactus gigantes, paisajes lunares, ganado en el camino, curvas cerradas, atascos en la arena y buitres en las montañas.

Para rematar me encontré la cosa más inusual del mundo. Se cruzó en mi camino un zorro a plena luz del día y una vez que hube detenido el carro se me quedó viendo fijamente por varios minutos.

Me gusta pensar en ello de la manera que lo harían los indios cucapá que habitaban esos lugares hace milenios. Que fue un contacto con algún espíritu libre del desierto.

Era un zorro grande, café, peludo de mirada profunda y seguro de sí mismo. Muy diferente de aquellos zorros pálidos y pequeños que en su día me encontré en el desierto blanco en Egipto.

Al menos este no querría quitarme la comida, suponiendo que hubiera llevado algo para comer. Este zorro cazaría y lo haría de manera audaz.

Ese encuentro en la carretera desierta lo considero mi despedida oficial de aquellas tierras hermosas, solitarias y salvajes.

Piña, Sierra, Yeti y Gran Papi

Entre otros, se despidieron de mi temprano moviendo la cola por la mañana arriba del cerro sobre el pueblo de Bahía de los Ángeles.

Y aunque mi intención era salir deprisa a empezar el camino de regreso Patty y Maxime Rose no me dejaron ir sin la menos probar un café.

Aquél lugar y en menor medida el pueblo podrían ser sin temor a equivocarme escenario y personajes del mismísimo Beno Von Archimboldi (a.k.a. Roberto Bolaño).

Una familia de hippies viviendo en la punta de un árido cerro en una casa de adobe, con unas ramas secas y llenas de polvo decoradas como arbolito de Navidad.

La casa llena de atrapasueños, libros de química y astronomía, trapos viejos y sucios, unos cuantos perros, gatos y pollos.

Ah! Y porque no?. Unos cuantos alacranes deambulando por allí, de los cuales tuve la coincidencia de toparme uno la última noche.

Eso sin contar que la última noche, la casa parecía estar llena de gente al oír portazos y pasos.
Curiosamente sólo estaba yo.

Con todo, fueron anfitriones geniales a pesar de que al parecer no se bañan nunca y aunque el café "orgánico" que insistieron en darme parecía más tierra para plantas, disfruté mucho estar con ellos y escuchar las acenturas de Patty por Yellowstone y las granjas orgánicas de Santa Fe, Nuevo México y su natal Montana.

Después de eso me esperaban 750 kms hasta Ensenada.

Bajo un cielo azul

No cabe duda que estos a lugares son surrealistas, desde sus pueblos hasta los enormes paisajes que hay más al sur de la península.

Paisajes impresionantes se suceden así mismos hasta el infinito.

A eso hay que añadirle la sensación de constante peligro, ya que la carretera es un reto constante a lo largo del camino.

Aunque esté casi sola, el escaso tráfico, las curvas cerradas con sus voladeros y de pronto las monótonas rectas hacen que de no ir con precaución te preparares para un horrible accidente.

Ayer quise ver las playas vírgenes en San Quintín y mi auto se atascó en un pequeño banco de arena en medio de la nada.

Después de medio kilómetro encontré a un recolector de algas que sin dudarlo y con toda la buena intención del mundo me ayudó a sacarlo de allí.

Me enseñó a despejar la arena del lado correcto y rellenar donde hace falta. Después de dos horas

Paraguyano

Corey es un productor de películas independientes gringo, no come gluten ni lácteos, ni carne y está es acérrimo enemigo del gobierno de los Estados Unidos y del sistema bancario.

Sólo podría ser más hípster si le pusieran lentes de pasta y bigote a la Emiliano Zapata.

Su obsesión es conseguir un pasaporte uruguayo o paraguayo y con el ir a recorrer el mundo como ciudadano de otro país.

Según el, lo puede obtener en 5 años o menos si es que se casa allá.

Afirma que está harto de la falta de libertades que existe en Estados Unidos y no quiere pagar impuestos.

Bueno, no lo pude hacer entender que cualquier problema que tengan allá lo tenemos 10 veces más grave en América Latina.

Supongo que todos buscan algo en esta vida. Aunque sus motivos sean un tanto irreales.

En cualquier caso, le deseo suerte.

Por si fuera poco

Tengo tierra hasta en los oídos, estoy muerto de cansancio, tuve que esperar media hora para hacer el check in y mañana a trabajar temprano.

Pero valió la pena, haber acampado en la sierra de San Pedro, fue espectacular. Dos días que estuve bastante a gusto y que no tuve que pensar en nada más.

Creo q sólo una o dos veces en mi vida he visto tantas estrellas. La primera fue en Cuatro Cienénegas hace ya unos años y en esa ocasión no pude detenerme mucho tiempo.

La otra creo que cuando era adolescente en el entonces lado "salvaje" de Cozumel. Después de aquella vez siempre he estado con paisajes estrellados.

Al otro día tuve un rato al supervisor de los telescopios de la UNAM para hacer cuantas preguntas se me vinieron a la mente.

Melissa, su hermana y su wey fueron grandes anfitriones y aparte de enseñarme a asar bombones al fuego, cocinar al carbón o guiarme hasta la cima de la sierra para ver el Mar de Cortés y el Océano Pacífico, me ayudaron a pintar con luz en la noche del bosque.

Con ellos y con casi toda la gente de estos lugares me da la misma sensación que con los japoneses: son tan buenos y prestos a ayudarte siempre que me hacen sentir un ser perverso.

Calida Fornax

Ayer tuve otro ejemplo de como la suerte se puede torcer en 180 grados en unas pocas horas.

Estando a una sola entrevista de lograr mi cambio a Australia, me avisan que siempre no se puede.

Lo demás fue la crónica de una muerte anunciada. Pidieron mi cambio de estudio los patrocinadores basados en un reporte con hallazgos fantasma y de inmediato se cancelan todas mis visitas. Ya que no me consideran apto ni para monitorear el crecimiento de una papa en almidón.

Milagrosamente y sospecho gracias a la cercanía con que estaba planeada, mi visita a Tijuana no la pueden quitar y no tengo mayor problema para darme mi primer y última vuelta por la Baja California.

Que al menos al día de mi llegada y junto con muchas tribulaciones del trabajo, que me agotan de sólo pensar en ellas. Es un verdadero horno caliente.

El viaje hasta ensenada ha sido horrible, sobrecargado de equipaje gracias a mis cosas del trabajo, lento en un camión guajolotero y a 30 grados dentro.

Hasta ahora sólo hay puro lugar horrible y miserable.

El hotel es un salto en el tiempo a los años 70 y mi cuarto tiene el aire acondicionado descompuesto.

Al menos me he podido comunicar con los de Carpe Via de último minuto y pasarán a las 6.45 aquí. Así q sólo dormiré unas pocas horas.

Norte Re-interpretado

 Recuerdo que hace mas de seis años escribí mi primer post en un vuelo y aquello me emocionaba bastante, ingenuamente me hacía sentir sofisticado.

Era una época de nuevas maravillas.

Hoy vuelvo a escribir un poco en el vuelo de la mañana y sigo pensando en cuanto han cambiado las cosas, pienso en este año y medio de pequeños eventos desafortunados, crisis, recuperaciones, caídas, levantadas y confusiones.

Creí odiar mi trabajo y lo que hacia. Deje de esforzarme y esperaba que me corrieran. Sigo pensando que sería una buena oportunidad de hacer nuevas cosas y perderme un año o dos viajando. Pero siendo claro que eso no va a pasar mejor le veo el lado bueno.

Hasta este punto puedo decir que todo es causa de haberme quedado sin un objetivo claro a donde apuntar. A la edad que tengo he cumplido casi todo lo que quería cuando terminé la universidad. 

Creo que una de las tareas más complicadas del ser humano es encontrar un verdadero objetivo en la vida y quizá la mayoría de nosotros pasemos la vida entera buscando algún lugar hacia donde apuntar.

Hace poco encontré una pieza clave el otro día conversando con una persona que hacia lo mismo que yo en Europa y comparando experiencias.

"Te gusta tu trabajo?". Me preguntó.

Me había hecho esta y otras tantas preguntas por tanto tiempo, pero fue hasta ese momento que cayeron en la perspectiva correcta.

"Cada vez menos". 

Y es entonces que me di cuenta de una nueva verdad. No importa cuanto pensemos y analicemos las cosas, nunca estaremos cien por ciento seguros de que es la opción correcta. Enmendar siempre se puede.

Si este es el caso entonces, que tendría que temer?.

Ya sea que ponga una empresa, me vaya a perder un rato a las estepas, enseñe inglés es China, acabe haciendo lo mismo en Sidney o me quede aquí. Siempre acabo ganando.

A lo lejos del Valle de México veo el Volcán de Fuego de Colima. No puedo evitar pensar que aún después de tanto tiempo me encanta volar, ser libre un rato en el aire.

No puedo negar que me gusta viajar para trabajar, tomar decisiones, resolver un mundo de problemas, escaparme del trabajo y volver a empezar.

La respuesta que hubiera dado de haber querido compartirla sería:

"Me gusta lo que hago, a pesar de todo".

A beer for a bear

Nunca he sido fanático de embriagarme con cerveza. Incluso nunca he podido entender a quien lo hace. Tampoco puedo decir que no lo haya hecho.

Sin embargo hay ciertos días y ciertas circunstancias en que tomar una cerveza helada sabe a gloria.

Hoy es uno de esos días: medio muerto de hambre y a unas horas de que me resuelvan lo que será mi futuro inmediato.

Pero que rica es esta cerveza!.

Ya mañana veremos lo que sigue. 

Miracles

Hace unos años pisé Barcelona y aquella ciudad catalana (siempre guardándola en su justa dimensión) no me cautivó como otras ciudades.

Hoy y desde hace algún tiempo, no hay mejor lugar donde conciba caminar una soleada mañana que allá. Quiero caminar una vez mas su Passeig de Grácia, subir a Montjuic y respirar el aire del mar.

Y sin embargo cada vez que miro hay una larga lista de cosas por ver: Los baños de Budapest, La mezquita de lapislázuli en Isfahan, Finisterra en Galicia, las piras de Varanasi, la gran ciudad de Angkor, Inner Mongolia, el Khalka en las estepas, el desierto del Kalahari, las montañas del Kirguistán por mencionar una larga, larga lista.

Bien sea por lo anterior, bien sea porque amanecí de buenas o quizá porque me compré un delicioso café colombiamo y me quedé vegetando un rato viendo a la gente pasar.

Pero hoy me acordé de Walt Whitman, su aguda y elegante percepción de la vida. Ver con ojos diferentes:

"WHY! who makes much of a miracle?
As to me, I know of nothing else but miracles,
Whether I walk the streets of Manhattan,
Or dart my sight over the roofs of houses toward the sky,
Or wade with naked feet along the beach, just in the edge of the
water,
Or stand under trees in the woods,
Or talk by day with any one I love--or sleep in the bed at night with
any one I love,
Or sit at table at dinner with my mother,
Or look at strangers opposite me riding in the car,
Or watch honey-bees busy around the hive, of a summer forenoon, 
Or animals feeding in the fields,
Or birds--or the wonderfulness of insects in the air,
Or the wonderfulness of the sun-down--or of stars shining so quiet
and bright,
Or the exquisite, delicate, thin curve of the new moon in spring;
Or whether I go among those I like best, and that like me best--
mechanics, boatmen, farmers,
Or among the savans--or to the soiree--or to the opera,
Or stand a long while looking at the movements of machinery,
Or behold children at their sports,
Or the admirable sight of the perfect old man, or the perfect old
woman,
Or the sick in hospitals, or the dead carried to burial,
Or my own eyes and figure in the glass;
These, with the rest, one and all, are to me miracles,
The whole referring--yet each distinct, and in its place.

To me, every hour of the light and dark is a miracle,
Every cubic inch of space is a miracle,
Every square yard of the surface of the earth is spread with the
same,
Every foot of the interior swarms with the same;
Every spear of grass--the frames, limbs, organs, of men and women,
and all that concerns them,
All these to me are unspeakably perfect miracles.

To me the sea is a continual miracle; 30
The fishes that swim--the rocks--the motion of the waves--the ships,
with men in them,
What stranger miracles are there".

Walt Whitman.