No es muy agradable que te lleven en una combi por las afueras de moscú de madrugada esperando que no te secuestren, que te empujen en el metro o que te ignoren cuando preguntas y no hay nadie mas a quién dirigirle la palabra.
Pero hoy en particular tengo ganas de regresar a la Madre Rusia. Ya sea la ciudad polar de Murmanks en el ártico en una noche polar; o bien, cruzando el país en el Trans-Siberiano.
Quiero ver el mar ártico congelado en la noche, tocar las aguas azuladas del Baikal o visitar iglesias ortodoxas de los pueblos perdidos en la estepa.
Aquella última vez me dije que no regresaría, pero creo que lo volvería a hacer varias veces.
0 comments:
Post a Comment