Thursday, April 15, 2010

El retorno de la Chica Bergman

Mucho trabajo, poco dormir y falta de tiempo; como de costumbre. Lluvia, avionazos, relámpagos y truenos; no tan de costumbre.

Con todo, el día valió la pena porque ahí estaba ella: esperando en el aeropuerto, casi un año después; la rubia de Sao Paolo.

Quizá un tanto mas vieja y otro tanto mas cansada pero definitvamente la misma hermosa sonrisa y la misma mirada de aceituna.

Tampoco dejará de sorprenderme y no por el artilugio que me presumió, sino porque me atrevo a pensar que contra todo pronóstico le alegró verme tanto como lo hizo a mí el encontrarme con ella.

Comimos y se retrasaron los dos vuelos, como de costumbre. Se nos escurrió el tiempo sin mas.

Cada día trae sus propias sorpresas.

Y al final para abordar se despidió con un gran abrazo que me dió escalofríos.

Bon voyage mademoiselle!.

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