El viernes tengo mi cita en la embajada del Imperio del Mal (según el sentir felino), pero vale la pena hacer una reverencia al Señor del Petróleo si eso signfica viajar a New York.
Mientras para irme sintiendo en ambiente me topé con este buen hombre en el metro y la esperanza brilló en mis ojitos.
Me dije a mi mismo: Hey! un jazzista chichimeca! me prepararé para cuando vea a los de verdad en el metro de Nueva York. Así que me quité mis audífonos completamente dispuesto a escuchar lo que tenía que tocar el señor.
Nada mas alejado de la verdad, lo que salió de ese sax fueron las estridentes y deformadas notas de la marcha de Zacatecas, la cuál ni terminó por pedir la "cooperación".
Ni modo, me ubica en la realidad: Tan lejos de New York, tan cerca de Neza York.
Nada mas alejado de la verdad, lo que salió de ese sax fueron las estridentes y deformadas notas de la marcha de Zacatecas, la cuál ni terminó por pedir la "cooperación".
Ni modo, me ubica en la realidad: Tan lejos de New York, tan cerca de Neza York.
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