Hace poco mas de un año, principios de 2007 mataba a mi otro yo. Bueno mas bien renunciaba a una parte de mi que había estado conmigo (valga la redondancia) los últimos años de mi vida.
Todo en aras de un futuro mejor, pues llevaba justamente un año de la peor suerte que jamás pude imaginar: Sin trabajo, sin dinero, solo, enfermo y sin la gente a la que quería.
Un año vagando por la ciudad sin rumbo fijo, sin dinero, la mayor parte del tiempo para pensar y otro tanto para suplicar por trabajo; mi única amiga (o al menos la que se acordaba de mi) era mi perra. Tuve que vender mi palm (que significaba mucho para mi) y mi ipod para pagar parte de mi compu. Dependiente de por vida del Tapazol en su momento y ahora su prima la Levo, entre tantas cosas mas.
Pero lo peor siempre fué el darse cuenta que la vida de un tiempo atrás se había ido para siempre, junto con las personas que quería. No fuí del todo consciente de ello hasta que una mañana de domingo el peso de la idea me cayó encima, completamente helada y cruda. A partir de ahí todo cayó en picada en cuestión de unos pocos dias.
Una etapa oscurantista que no parecía tener fin, una peste tan furiosa que sin embargo acabó casi tan repentinamente como había empezado. Karma?, Orión dejó paso a la era de la Osa Polar? o acaso algún Djinn ocioso se había tomado la molestia de enseñarme una lección cósmica fastidiándome hasta que la comprendí?. Mas bien creo que nunca sabré la respuesta.
Solo sé que aquél dia no hice realmente nada especial, me le vanté me bañé y me fuí a dar paso a uno de mis paseos muy acostumbrados de varias horas hacia el sur, sin rumbo fijo. Solo había cambiado una cosa: Era el último día del antigüo capitán yo, alguién mas debía tomar el rumbo, alguién mas que pudiera hacer las cosas de un modo que yo no había podido. No sé bien como definirlo pero aquél día se puede decir que me reinventaba, rompía con el pasado.
Y como por arte de magia a los pocos dias las cosas comenzaron a cambiar, para bien. Hubo un nuevo y mejorado viento que me llevó a lugares insospechados. Si se debe a un cambio en apariencia tan infantil y tonto, no lo sé, solo sé que desde entonces (Una vez que llega la era de la Osa Polar) la vida cambió para bien. Nueva gente llegó a la nueva temporada en sustitución de los caídos, igual de valiosa, reluciente e interesante.
Un cuarto de siglo no me causó mayor trauma que añadirle un numeral mayor a mi calendario, al parecer por quienes me han contado, debiera haberme preocupado. No después de aquel año en solitario. Y los 26 que vienen tampoco significan un desastre, mas bien un año mas de aventuras.
Sin embargo romper con lo que alguna vez fué no es fácil, no es fácil quitarse algún recuerdo melancólico que muerde en ocasiones. Hace ya unos meses visité un lugar que fué especial en los tiempos atrás, no fué lo mismo. Habitado ahora por fantasmas se podría decir.
Que importa?, hay nuevos lugares y nuevas historias. Si aprendí algo de aquél Djinn caprichoso y de aquella noche polar de 365 dias fué que como las constelaciones todo tiene su lugar y tiempo. No se puede acelerar el paso de las constelaciones, solo se puede sacar lo mejor de lo que viene y si ya no está la estrella que debiera, otra mas surgirá no para llenar el hueco de la anterior, sino para ocupar un lugar diferente e igual de importante.
Bajo la Osa Polar, mientras dure su era estaré bien y en el momento en que de paso a un nuevo regente y cambien las cosas ya sea para bien o para mal, seguiré igual porque nada es para siempre y solo queda aprovechar lo mejor de cada etapa. Como alguna vez escribió Chaplin: "Smile what´s de use of crying?, You´ll find the life still worthwhile if you just smile".
Todo en aras de un futuro mejor, pues llevaba justamente un año de la peor suerte que jamás pude imaginar: Sin trabajo, sin dinero, solo, enfermo y sin la gente a la que quería.
Un año vagando por la ciudad sin rumbo fijo, sin dinero, la mayor parte del tiempo para pensar y otro tanto para suplicar por trabajo; mi única amiga (o al menos la que se acordaba de mi) era mi perra. Tuve que vender mi palm (que significaba mucho para mi) y mi ipod para pagar parte de mi compu. Dependiente de por vida del Tapazol en su momento y ahora su prima la Levo, entre tantas cosas mas.
Pero lo peor siempre fué el darse cuenta que la vida de un tiempo atrás se había ido para siempre, junto con las personas que quería. No fuí del todo consciente de ello hasta que una mañana de domingo el peso de la idea me cayó encima, completamente helada y cruda. A partir de ahí todo cayó en picada en cuestión de unos pocos dias.
Una etapa oscurantista que no parecía tener fin, una peste tan furiosa que sin embargo acabó casi tan repentinamente como había empezado. Karma?, Orión dejó paso a la era de la Osa Polar? o acaso algún Djinn ocioso se había tomado la molestia de enseñarme una lección cósmica fastidiándome hasta que la comprendí?. Mas bien creo que nunca sabré la respuesta.
Solo sé que aquél dia no hice realmente nada especial, me le vanté me bañé y me fuí a dar paso a uno de mis paseos muy acostumbrados de varias horas hacia el sur, sin rumbo fijo. Solo había cambiado una cosa: Era el último día del antigüo capitán yo, alguién mas debía tomar el rumbo, alguién mas que pudiera hacer las cosas de un modo que yo no había podido. No sé bien como definirlo pero aquél día se puede decir que me reinventaba, rompía con el pasado.
Y como por arte de magia a los pocos dias las cosas comenzaron a cambiar, para bien. Hubo un nuevo y mejorado viento que me llevó a lugares insospechados. Si se debe a un cambio en apariencia tan infantil y tonto, no lo sé, solo sé que desde entonces (Una vez que llega la era de la Osa Polar) la vida cambió para bien. Nueva gente llegó a la nueva temporada en sustitución de los caídos, igual de valiosa, reluciente e interesante.
Un cuarto de siglo no me causó mayor trauma que añadirle un numeral mayor a mi calendario, al parecer por quienes me han contado, debiera haberme preocupado. No después de aquel año en solitario. Y los 26 que vienen tampoco significan un desastre, mas bien un año mas de aventuras.
Sin embargo romper con lo que alguna vez fué no es fácil, no es fácil quitarse algún recuerdo melancólico que muerde en ocasiones. Hace ya unos meses visité un lugar que fué especial en los tiempos atrás, no fué lo mismo. Habitado ahora por fantasmas se podría decir.
Que importa?, hay nuevos lugares y nuevas historias. Si aprendí algo de aquél Djinn caprichoso y de aquella noche polar de 365 dias fué que como las constelaciones todo tiene su lugar y tiempo. No se puede acelerar el paso de las constelaciones, solo se puede sacar lo mejor de lo que viene y si ya no está la estrella que debiera, otra mas surgirá no para llenar el hueco de la anterior, sino para ocupar un lugar diferente e igual de importante.
Bajo la Osa Polar, mientras dure su era estaré bien y en el momento en que de paso a un nuevo regente y cambien las cosas ya sea para bien o para mal, seguiré igual porque nada es para siempre y solo queda aprovechar lo mejor de cada etapa. Como alguna vez escribió Chaplin: "Smile what´s de use of crying?, You´ll find the life still worthwhile if you just smile".
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