Friday, February 06, 2015

"No hay plazo que no se cumpla..."

Esta aparente simpleza fué una frase que escuché de un profesor de otra carrera hace años en la universidad y ni siquiera de el. Me la contó otra persona que lo conocía.

Era una historia de venganza en los años universitarios del sujeto en cuestión: Aparentemente se había peleado con un alumno de semestres arriba y aquél juró revancha. Los años corrieron y al final el tipo agraviado iba a ser sinodal en el examen de titulación del protagonista de la historia. Por supuesto que le hizo saber que no tenía la menor oportunidad de pasarlo: El plazo se había cumplido. Al final el villano no se presentó al examen por algún tipo de percance y el condenado logró salvarse.

Bueno, esta historia no es de venganza pero si de aguante.

No nací en una familia rica y terminado el segundo semestre de la carrera no pudieron seguir pagando la colegiatura completa. Recordemos que la UNAM no era opción por aquello de la huelga en esos años. Aunque tenía mi carta de aceptación.

Por fortuna existía un crédito apoyado por el banco mundial (de esto último apenas me enteré) que contra todo pronóstico me lo dieron con solo pedirlo y sin importar mi desastrozo promedio. Hoy me doy cuenta que para los negocios poco importa el promedio y si que les pagues, lo cuál resultó ser una ventaja para este obtuso alumno.

Un crédito a siete años en UDIs, la unidad mas volátil de aquellos días, pero tampoco me quedaban muchas opciones.

Nueve años eran una eternidad hace siete años, pero sin prestarle mucha atención caí en cuenta que el plazo se había cumplido y el último vínculo con la universidad había quedado saldado. Me gusta verlo como haber recuperado cada mes un pedazo de mi alma cautiva en un cientos de horcruxes.

También me enteré que el famoso programa de crédito desapareció justo el año en que yo terminé de estudiar, por falta de pago de los acreditados.

Aquel día necesitaba un testigo de lo que marcaba el último hito por romper de aquellos años. El mas adecuado para la ocasión. Y aunque aún tengo pendiente destapar una champaña en honor a que se ha complido el plazo de estos siete años, me gustaría celebrar con las palabras de Caroll:

"O frabjous day! Callooh! Callay!”
He chortled in his joy!"

1 comments:

Anonymous said...

¡Felicidades!

Me da mucho gusto que por fin lo hayas terminado de pagar (aunque pensé que lo harías en un plazo mucho más corto).