Saturday, December 29, 2012

El Problema de la Molecularidad

Por estos días que huele a navidad y vacaciones, hace 12 años me encontraba batallando como nunca antes para pasar las materias del primer semestre de la carrera en examenes finales y extraordinarios. 

No fué la última vez que tuve aquella sensación de desastre académico inminente pero si la primera. Una sensación de desesperación al no poder razonar lo suficiente para resolver tal o cual problema Químico-Matemático a pesar de tener la solución frente a las narices.

Huelga decir que esas materias las reprobé y las tuve que recursar un año después. De eso ya tiene muchos años, pero ayer tuve un sueño muy peculiar:

Por razones desconocidas tenía que presentar una vez mas aquel examen final de Química Inorgánica I por faltarme súbitamente un misterioso crédito académico. ¿Un crédito para qué?, no lo sé.

Sin embargo el lugar era bien diferente a aquellos salones iluminados bajo el sol de la mañana en el campus I. Esta era un café rococó (muy parecido al café Torntoni en BA) al que se accedía por un patiecito con un singular jardín. Sin embargo el café no tenía luz eléctrica y allí había que aprovechar la luz que provenía de fuera de los ventanales para poder leer y escribir.

Allí estaban mis excompañeros de curso listos para tomar el examen final una vez mas, una vez mas estaba el energúmeno de señora que nos impartía la materia repartiendo la prueba entre las mesitas del café y una vez mas llegana unos 10 minutos tarde al examen.

Por cuestiones del espacio-tiempo propio de los sueños, en un instante perdía valiosos minutos (quizá 20) en deambular por el lugar después de haber echado un vistazo rápido al primer problema y confiar por primera vez en mi juicio.

Por algún motivo que ya no recuerdo la maestra me regañaba y me urgía a contestar el examen, entonces le decía que no tenía necesidad de hacerlo porque tenía una prometedora carrera por delante. A lo que me respondió que era necesario o todo se vería derrumbado por aquella prueba. Por supuesto que en ese momento supe que tenía razón y me puse a responderlo cuando ya faltaba muy poco tiempo.


El primer problema era el de la "Molecularidad", consistía en determinar el peso molecular de un elemento infiriéndolo de los elementos anteriores y posteriores de la tabla periódica (*). En ese momento la situación volvió a ser como antes, simplemente no podía resolverlo a pesar de tener la respuesta enfrente.

Seguí con los demás y la misma situación, una y otra vez: estaba condenado a reprobar una vez mas. Lo curioso es que aunque lo olvidé rápidamente al despertar el examen a excepción de la primer pregunta era casi exactamente igual al que tuve delante hace 12 años, lo recordé en ese momento.

Al final todos se habían marchado y solo quedamos la chica tarda del grupo y yo (igual que aquella vez). Ella casi rogando porque la pasaran, yo haciendo lo posible por morir dignamente en el intento y la maestra burlándose de nosotros dos.

Allí se acabó aquél sueño peculiar y me recordó que aunque hubiera cosas bonitas en aquellos días, no me gustaría volver a pasar por lo mismo.

(*) Respecto al problema de la Molecularidad, no recuerdo que haya existido en ningún momento y he cavilado sobre si sería posible que existiera. Teóricamente es posible inferir tal dato, pero si los cálculos son simples o si entrañan una solución matemática compleja es un enigma para mi. Bien podría abrir mi libro de texto viejito y darle una revisada, pero si era horrible estudiar en vacaciones por una materia que forzosamente tenía que pasar, hoy que no tengo que hacerlo, definitivamente voy a dejar aquella pregunta en el aire.

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