Pata de Perro 17: Allá en el cerro grande

En último puente por acción de la espontaneidad me lanzé con la Jefa de Jefas al polvoriento Real de 14 y recogimos en San Luis al Lobo y su vieja.

Y oh sorpresa! la Jefa de Jefas nos presumió su reluciente depa en el pueblo. El cuál, es válido para las siguientes tres cosas.

- Subir los cerros.
- Ir a las minas.
- Ponerse hasta su puta madre de alcohol.
- Ponerse hasta su gran reputísima madre con peyote.

Y todas valen la pena.

Pero para mis pulgas me tocó un caballo bien rejego madreador de otros caballos que por sus pistolas se ponía hasta adelante de la fila de caballos, que hacía su alboroto a pesar de ir justo al lado de abismos y desfiladeros.

Pero la subida al cerro valió la pena.

Burro, el compadre de Bimbo, el célebre burro-zebra de Tijuana.

Y que había en la cima del cerro?. Un altar de brujería Huichol recién prendido.

Uhhh...!!!!!!!!

Finalmente luego nos lanzamos a Zacatecas ya que la Jefa de Jefas necesitaba adrenalina en sus venas (aparte de su amiga la coca) y quería aventarse de la tirolesa del cerro de la bufa. Solo que en lugar de eso se le ocurrió subestimar al Hada Verde y muy envalentonada siguió chupando la gama de trago "tipo": Tipo Margarita, Tipo Caipirinha... en un tugurio en esa oscura línea entre el surrealismo y el mal gusto.