Sunday, March 30, 2008

Pata de Perro III, La Casa del Mono de Piedra

Después de un turbio viaje desde El Dorado (el aeropuerto, no la ciudá), os cuento que este pobre peón al servicio de La Reina Maligna del Ajedréz (clínico), decidió por fin tomarse un respiro en las utópicas playas del caribe mexicano.

Ohh si!!!!!!! y donde mas que en hotel del mono de piedra?. Bueno, no es su nombre realmente, pero la señorita Kitty y yo esperabamos algo "bien chacaloso", solo q al final ohh sorpresa!!!. Tenía categoría de No Mamar....


Solo que había unos problemas, el hotel no era hotel, la habitación no era nuestra habitación, los mexicanos no eran mexicanos y el vodka no era vodka...


Exacto!, algo mas o menos como que el hotel era una miniciudad con su propio río y mini ecosistema, nuestro número de habitación no existía en el sistema y nos tuvieron q dar de alta ahí después de mentar madres, claro que todo lo compensó el minibar de libre acceso.


Los "mexicanos" que iban en el tour eran un pequeño pelotón de chinos con IFE y pasaporte mexicanos. Seguro era los primos de Yen Li.


Mención aparte merece el Vodka que no era Vodka, mas bien anticongelante con jugo de naranja. Que como sé que era anticongelante?, es muy simple; es bien conocido por estudios clínicos que el anticongelante da la sensación de tener poderes místicos de kung fu, especialmente cuando hay playa de por medio y se intentan cosas poco adecuadas para la salud; por ejemplo, aullar como perro a la luna y tratar de chapotear donde no se debe chapotear.


Claro, miss Kitty tampoco está exenta de desfiguros, porque el anticongelante no respeta religión, edad, sexo o partido político.

Y sin proponérmelo mis dudas espirituales, de porqué ese hotel y cuál era mi lugar en el universo se desvanecieron cuando vi el techo de uno de los bungalows del hotel:

El miau bar

Lo siguiente mas malo fué la punzada que danzaba cantarina cual hada mágica en mi cabeza desde que cantó el gallo hasta medo dia. Y que opacó el disfrute de las albercas con todo y reluciente playera de mamado de la era espacial que reduce la fricción del agua y me vuelve supermán, para evitar quemaduras de las que después pudiera arrepentirme, aún a costa de parecer embutido marca Duby.

Al menos las piñas coladas, daikirí y demás parafernalia no tenían la sustancia maligna. Pero si haaaarto sabor...

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