Thursday, November 05, 2009

Post desde el Cadalzo

Bueno no necesariamente, sin embargo el hecho de trabajar a un lado del área de aplicación de quimio para niños y oír sus desgarradores gritos cada cierto tiempo se me figura que para ellos es la misma silla eléctrica. Quizá también para alguno que otro adulto pues hay veces en que entran llorando.

No me alegra porque en realidad son niños demasiado pequeños para portarse mal y ser odiosos, la mayoría son casi bebés. Lo bueno es que me distraen de vez en cuando y lo mejor aunque ortodoxo es que les están poniendo la quimio, muchos otros no tienen esa oportunidad de curarse. Aunque el precio que tengan que pagar por una larga vida sea equivalente a una tortura medieval una hora cada dia de su ciclo de quimio.

En parte sé lo que se siente, de pequeño solían aplicarme religiosamente una tétrica inyección de antraciclinas cada día. Porque? porque mis padres no seguían precisamente un rigor científico puro y confiaron en la docta opinión de un dependiente de farmacia (con la primaria terminada) de por aquellos lares del salvaje sureste.


Aquellos jeringazos dolían como patada de mula incluso horas después de haberse aplicado y a ellos debo mi alergia a las sulfas y probablemente haber enterrado a mi tiroides antes que el resto de mi. Finalmente se acabaron cuando una doctoras les dijo que para que puta madre me ponían eso si no tenía nada?. UPs!.

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