Monday, April 14, 2008

A Soundtrack for Life

El dia de ayer compré un CD, nada espectacular ni digno de mención hasta que reparé en un pequeño detalle: Después de ese disco ya no habrá espacio mas que para 1 o 2 CDs mas.

Lo que me llevó a cabilar sobre cuantos discos abarcaba mi pequeña fonoteca que ya no es tan pequeña, porque con el nuevo suman 153.

Lo cuál tampoco es algo digno de asombro porque seguro que hay miles o cientos de miles de personas con mas CDs que este que escribe.

Lo que si es digno de mención es la modesta historia de mi colección audiófila, ya que alrededor del 80% de ella fué construída sin dinero aparente; mas bien con el escaso dinero de mi desayuno escolar (casi a riesgo de truequear música por gastritis, lo cuál me dejó el mal hábito de no desayunar por las mañanas), dinero de cumpleaños o esporádicas donaciones bien intencionadas de furtivos patrocinadores.

Por supuerto eran tiempos donde el internet no ofrecía música ilegal o ni siquiera había internet en el tercer mundo. Mi primer CD costó la ahora ridícula cantidad de 130 pesos, poca cosa si tomamos en cuenta que se trataba de un CD importado de esos que tienen clave en lugar de precio en los Mixup, allá en el lejano 1994.

Sin embargo para el segundo, uno nacional en la Comercial Mexicana; casi un año después costó la nostálgica suma de 60 pesos, que era el precio estándar en aquellos días. Luego un tercero.

No hubo mas cambios hasta que Santa (en el tiempo en que aún no lo reemplazaba el mítico Satán Clós) me trajo un Discman Sony reconstruído re-made in Plaza Meave. De ahí en adelante la fonoteca no ha dejado de crecer y ante la inevitable situación de tener que mudar pronto mi pequeña colección de su rincón histórico es que veo con un poco de nostalgia como lenta pero indiscutiblemente va ampliándose y avanzando el oído.

Y no me refiero con esto a que haya conseguido una mejor audición, mas bien todo lo contrario, cada año se le escapan mas decibeles a mi oído que sufre de la maldición de los audífonos.

Es entonces que al repasar disco por disco es que te percatas de que aquellas pilas de CDs cuentan algo así como el Soundtrack de tu vida, mejor que cualquier máquina del tiempo y no con esto me refiero a la canción que estúpidamente escuchabas como autómata mientras chillabas como magdalena por asuntos "del corazón". No, simplemente la música de la vida diaria aquella del día a día que aunque en principio no recuerda a nada en especial si recuerda días lejanos, sentimientos ya olvidados y con ellos un mar de recuerdos (algo así comentó Ahriman alguna vez).

Mejor que cualquier autobigrafía, ya que el auto Soundtrack está sellado a perpetuidad, solo el dueño del mismo es capaz de saber y sentir lo que significa para él tal o cuál track.

También es la prueba irrefutable de que hay cambios con los años, porque la vida avanza y con ella el apetito por nueva música que descubrir. Así sabemos que no es realmente un audiófilo aquel que predica que su época fué tal o cual década, porque eso es estancarse y el auténtico audiófilo (aunque sea un pobre ignorante con orejas de asno como este que escribe) descubre la música al tiempo que va descubriendo la vida y no tiene una época, sino estapas de su propio soundtrack.

El que ha ido de la comedia a la tristeza, de la tristeza a la alegría, de la alegría a la euforia, de la tragedia a la acción, de la burla a la apreciación, del beat al barroco, del barroco a la improvización, de lo simple a lo complejo y de lo complejo a lo puramente abstracto. Y continúa sin rumbo predeterminado y sin brújula de modas que acaso lleguen a desviarla pero siempre vuelve a moverse caprichoso.

Eso si, sin caer en la vulgaridad e inmundicia de los pseudoritmos perniciosos como el norteño, tropical, reguetón y demás cacofonías groseras que no prentendo ni quiero mencionar.

El CD #153 no termina el Soundtrack, será motivo de disfrute y en muy pocos casos (si es que fué muy afortunada la selección) de adoración. Lo ampliará y en unos años será motivo de atención cuando pretenda dar un salto en el tiempo recorriendo mi propio Soundtrack.

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